
Imposibilismo
El poema como imposibilista.
El que detenta la épica de lo que no puede suceder.
Y lo celebra.
Que no exista no significa que no pueda cantarse.
De hecho, se canta a lo que no está.
A lo que no puede estar.
A lo que nunca estará.
Cuando cantamos no estamos espantando el mal.
Cantamos porque no hay mal que espantar.
Ante el mal no tiene sentido el canto, sino el grito o la huida.
El poeta como el que, ante la imposibilidad, sonríe.
Y se queda.
El que construye un pequeño reino alrededor de la nada.
Es imposible: entonces hay terreno.
No se puede hacer: perfecto, edifiquemos.
La nada es el origen de todo.
El poeta es el que realiza el primer gesto que destruye a la nada.
Todo era imposible antes de ese gesto.
En el principio fue el verbo.
Pero el primer verbo fue en verdad un gesto.